Por Juan Carlos Castro y Paco Trigo. Entrenador Superior de Baloncesto
Artículo publicado en el suplemento deportivo "Bancadas" del periódico "La Voz de Galicia" en la provincia de Lugo.
El entrenador no es
únicamente entrenador entendiendo por tal al responsable de
preparar física, técnica y tácticamente a los jugadores; es
también un educador que explícitamente transmite una serie de
valores al grupo filosofía de equipo, e implicitamente,
currículum oculto, con sus actitudes y comportamientos. También
dirige a un grupo humano con unas características concretas en
un marco determinado y en y en donde las relaciones
interpersonales juegan un papel muy importante.
Ala hora de evaluar las
características de¡ grupo humano al que se entrena debemos de
valorar, y tener muy presente, si se trabaja con un sopiogrupo o
un psicogrupo. El psicogrupo se caracteriza por tener una
estructura externa flexible, por poseer unas normas asumidas
tácitamente por sus miembros, por ser las relaciones personales
subjetivas, y por ser sus miembros son sustituibles. Las
funciones de cada uno de los integrantes son asumidas sin existir
una imposición externa. El trabajo de técnico está próximo al
de un animador sociodeportivo. El sociogrupo se caracteriza
porque es el entrenador el que asigna e impone roles. La
estructura externa de¡ equipo es determinada a y flexible, los
miembros son sustituibles, las normas son expresas, y las
relaciones objetivas. El entrenador ejerce de entrenador.
Un entrenador ejerce de
entrenador cuando es capaz de extraer el máximo partido de cada
uno de los integrantes del equipo, independientemente de las
características del grupo al que pertenezcan y asumiendo los
jugadores una serie de compromisos, y objetivos.
Cada uno debe aportar en la
medida de sus posibilidades aquello que le es demandado. La
asignación de roles es vital en un equipo. No todo el mundo
puede jugar cuarenta minutos, de la misma forma que son muy pocos
los jugadores capacitados para jugarse los balones decisivos.
Cada uno de los miembros de una plantilla debe tener muy claro
cuál es su papel en la obra. Si todo el mundo respeta y realiza
su trabajo, es posible que los resultados no acompañen, pero al
menos la armonía del vestuario será más acorde. Y de ello es
responsable el entrenador.
Para' que un equipo funcione
no basta tan solo con disponer de un campo, un balón y grupo de
jugadores. Entrenar es mucho más complicado que todo y existen
una serie de premisas que debemos de tener presentes para no
cometer errores.
En primer lugar los jugadores
deben de ser conscientes que el trabajo del entrenador es tan
importante como el suyo. Y de la misma forma que nosotros
respetamos, valoramos, entendernos, y apreciamos sus esfuerzos,
virtudes, limitaciones y defectos, ellos deben saber entender los
nuestros. Es por ello que debemos de exigir a todos los
integrantes de la plantilla, que todas y cada una de sus acciones
estén presididas por la motivación y la concentración.
Estas dos cualidades son
imprescindibles en cualquier actividad laboral, lúdica o
deportiva. La vida es entre otras cosas lucha, motivación, y
concentración. Vida y baloncesto no se siente ajenas.
Las dos cualidades antes
enunciadas, motivación y concentración, no son más que el
reflejo de:
- Hábitos. El jugador debe respetar las normas básicas de disciplina que rigen la preparación de¡ equipo.
- La responsabilidad para entrenar y competir en condiciones óptimas, de ahí la importancia de la forma de vivir (el llamado entrenamiento invisible), y sabiendo valorar lo colectivo (proceso de socialización del individuo)
Hemos de tener en cuenta que
si bien es en el campo y en el transcurso de los partidos es
donde se demuestra, se exhibe y se transmite el valor de un
equipo, esta valía se prepara en todos y cada uno de los
entrenamientos.
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