Motivación...por Phil Jackson
Creo que la "motivación"
es la capacidad más importante que debe poseer un entrenador.
La experiencia me ha enseñado que de poco valen tus conocimientos
técnicos si además no sabes como tratar a tus jugadores,
como dirigirlos, como orientarlos y como mentalizarlos para lograr
siempre el mejor rendimiento.
Todo el mundo me pregunta como motivo a los jugadores de la NBA.
Antes que nada, hay que pensar lo que significa la palabra "motivación".
Si la partimos, veríamos que está formada por dos
conceptos claros: "motivo" y "acción".
La palabra "motivo", es la intención de una persona,
es la causa que le lleva a hacer alguna cosa: es la razón
por la cual nos movemos. Una vez que hemos establecido el motivo,
vayamos a concretar la palabra "acción", que es
llevar a la práctica una intención, un propósito.
Por lo que podemos deducir, la "motivación" es
la razón por la que nos movemos para concretar una acción,
en definitiva es "hacer algo". Yo creo que lo importante
no es como puedo motivar a los grandes jugadores, a hombres de la
talla de Magic, Kareem, o Ewing.
La pregunta a formularse es: ¿cómo te motivas a ti
mismo?. Esto es lo realmente importante, porque es algo que tiene que ver directamente
con uno mismo, no algo que atañe a otras personas.
Es por ello que cuando hablamos de "trabajar en equipo",
a cualquiera de los jugadores que quiere formar parte de algo, que
quiere ser parte del equipo, sea cual sea: olímpico, de la
NBA, de los Knicks, del Real Madrid o del equipo de tu pueblo, simplemente
tienes que explicarle tu filosofía, tu plan de trabajo, tu
forma de realizarlo, tu orgullo, tu capacidad ganadora, tus entrenamientos.
Entonces los jugadores deben juzgar si está bien lo que le
propones y decidir si están de acuerdo, y con ello se integran;
o no lo están y se marchan.
En este planteamiento no hay una vía intermedia, no hay posibilidad
de acuerdos parciales, no hay posibilidad de que exista ambigüedad
en las relaciones: o estás conmigo o contra mí, estás
"dentro" o "fuera".
Esta actitud es la que determina tu fuerza como entrenador. Tienes
que convencer a los jugadores de lo que tú vas a hacer como
entrenador es sólo el interés absoluto del equipo. Cualquier objetivo personal
que tienen los jugadores (contratos, aspiraciones estadísticas, presencias
en selecciones, All Star, etc.), es algo secundario con respecto a los objetivos
del equipo.
En el momento de la verdad ningún jugador está por
encima del equipo y me da igual cuales son las condiciones que quieran
marcar los jugadores y, por supuesto, los directivos.
Ser entrenador es algo que tiene que ver con el respeto, con la
dignidad, la integridad, la confianza y, como entrenador, estás
obligado a mantener esta filosofía.
La integridad es un sentido de las obligaciones que uno tiene, y
tú como entrenador, como maestro, estás obligado a hacer lo mejor
para el equipo.
Tienes que tener una actitud, una filosofía, una forma de
hacer las cosas, y cuando tú le das al equipo unas instrucciones, una manera
de jugar, sea cual sea, los jugadores deben aceptar o irse, deben estar "dentro"
o "fuera".
En estas circunstancias sólo debe haber una "voz"
la tuya, no la del entorno, la de la gente, la del presidente, la de los periodista.Tú
tienes que conseguir que el equipo confíe en "tu voz";
el equipo debe pensar que lo que tú estás haciendo
es lo mejor para ellos.
Así se logra el respeto, y este respeto es el que sirve para
crear la confianza necesaria para que los jugadores siempre piensen,
en cualquier momento y circunstancia, que tú estás
haciendo lo mejor para ellos, y si todo el mundo hace lo que tiene
que hacer, tendrá éxito.
Todo lo que estoy comentando parece
un gran riesgo para un entrenador, especialmente cuando está en un equipo con una estrella que
no está de acuerdo con sus procedimientos, o sea que está "fuera".
Este es un momento muy difícil y que hay que resolver. No
puede ser que pasemos por encima del asunto, que intentemos quitarle
importancia. Cuando al jugador le dices: "oye, tú no
estás dentro del equipo", y éste te responde,
con palabras o con la actitud en la cancha: "al diablo contigo,
yo voy a hacer lo que me da la gana", no puedes dejar de intervenir.
En estas situaciones mi experiencia me ha enseñado que sólo
hay una forma de motivar a este tipo de jugador, que no es ni el
dinero, ni el temor, ni la propia automatización o el propio orgullo, sino el que el
único motivador es el ...banquillo.
Todos los jugadores quieren jugar, es su primer objetivo, su finalidad;
si le quitas este objetivo, esta posibilidad, encontrarás el
primer escalón de la motivación.
El jugador debe entender que si no juega duro, si no hace lo que
tiene que hacer, es tu obligación de entrenador sentarle
en el banquillo para que reflexione y para no crear agravios comparativos
con otros compañeros. Si como entrenador actúas de
esta manera, demostrarás que tienes integridad, que tienes
principios, y serás respetado.
Si por ello te echan de tu trabajo, pues habrá que asumirlo,
pensando que en algún lugar alguien creerá en lo que
tú haces y te dará trabajo y podrás ganarte
la vida respetando y manteniendo por encima de todo tu integridad.
Debemos recordar que el trabajo en equipo es la esencia de la vida;
en el deporte, en los negocios, en la familia, en cualquier lugar se funciona
y se tiene éxito en grupo.
Todos nos necesitamos y confiamos
los unos con los otros. Esta es la esencia de lo que yo creo debe
ser la figura del entrenador. Significa estar juntos, mantener la
igualdad, trabajar con buena actitud, tener dureza mental.
El entrenador y el jugador trabajan en el mismo ambiente, en la misma situación y es fundamental que tengan un espíritu
similar.
Lo más difícil de hacer como entrenador, como padre,
como maestro, como presidente o como cualquier persona que tiene
responsabilidad en este mundo, es que la gente haga las cosas que
no quiere para que se pueda conseguir un objetivo común,
para que se beneficie, en este caso, el equipo.
Tienes que seguir enseñando a los jugadores egoístas,
que sólo se preocupan de sí mismos, del dinero, de
la fama, de su posición, del reconocimiento público,
de las cosas que no tienen valor, que salgan de su propio entorno,
de sí mismo, y "entren" en tu filosofía
voluntariamente y ayuden al equipo a coordinarse y así haya
una cooperación voluntaria.
Para conseguirlo hay que crear un entorno en el cual todos los jugadores entiendan que su aportación no sólo beneficia a ellos
mismos sino que, sobre todo, debe beneficiar al equipo.
Esta es la misión más difícil que tenemos los
entrenadores: enseñar a los jugadores a prescindir de su
egoísmo, de salir de su ego para aportar algo al grupo.
Es fácil para mí citar ejemplos, pero hay uno por
encima de todos, se trata de Magic Johnson, el jugador con más
talento de los que he podido entrenar.
Magic tiene un don especial que es no ser egoísta y en el
momento que él entendió cual era su cometido, se convirtió en un
líder carismático, en un hombre que por sí
solo creaba motivación en abundancia.
Con Magic presente, yo no necesitaba romperme la cabeza para que
todo el mundo trabajara de la forma más correcta, él
era el primero en comentar: "oye chico, aquí se trabaja
por el bien del equipo; éste es el camino a seguir y no el
que tú crees". Y las cosas funcionaban. ¿Por
qué?.
Simplemente porque Magic entendió lo que significa ser un
hombre de equipo. A él le da igual el dinero; el dinero va
detrás de él, le persigue, la gente se lo quiere dar;
el no quiere reconocimiento, no lo necesita.
El lo que quiere es ayudar a los demás a conseguir lo que
ellos desean lograr. En definitiva, él va aayudar a su equipo
a ganar.
Si coges "talento" y lo mezclas con la "actitud",
puedes hacer lo que quieras. Por eso los Lakers fueron un equipo
ganador en la década de los 80 ganando más partidos
que nadie en la historia de la NBA.
"Ellos" tenían talento y lo supieron unir a una
actitud ejemplar porque entendieron que sin esta actitud, por sí
solos, no hubieran logrado nada, y si perdían, por muchos
éxitos personales que hubiesen cosechado, hubieran sido unos
fracasados, mientras de la otra manera lograron un equipo ganador
y capitalizaron la atención de todos y el reconocimiento unánime
a su trabajo y al trabajo de un entrenador que puso los cimientos
para que aquello ocurriera.
Todo esto que os he explicado es, pues, la "esencia" de
lo que venimos llamando "motivación".
Tú como entrenador, debes encontrar jugadores que tengan
una actitud correcta, esa misma que quizás desarrollaron
cuando eran jóvenes, que recibieron de sus padres, de sus
profesores, y convencerles para que la saquen desde dentro y la
ofrezcan de forma voluntaria en beneficio del equipo porque su propósito
es ganar, porque quieren formar parte de algo significativo, de
algo trascendente.
Este es otro objetivo muy importante para un entrenador: encontrar
aquellos jugadores que se ajusten a tu proyecto como entrenador,
porque lo más importante es que todos entendamos que lo que
hacemos es realmente significativo, que tiene utilidad, que es algo
de nosotros mismos que aportamos en beneficio del grupo de trabajo,
y que tenga significado lo que realizamos.
Hay una cita en mi país que dice que: "el temor más
grande del hombre es el de ser extinguido, y lo que teme aún
más es convertirse en un especie extinguida con insignificancia".
Es por ello que a mí no me preocupa sólo el ganar;
yo quiero entrenar a equipos que quieren ser algo especial; yo quiero
formar parte de un equipo en que todos: entrenadores, jugadores,
gerentes y profesionales del club, se van a ayudar entre sí
para convertir al equipo en algo especial. Este creo que es el trabajo
de equipo.
He oído que parece que hay diferencias entre jugadores europeos
y jugadores americanos.
Que aquí es difícil conseguir a jugadores que se entreguen
totalmente.
Pienso que si tú no puedes conseguir crear un buen espíritu
de grupo probablemente no ganarás; es posible que tengas
algún que otro éxito, pero a menos que tú no
puedas conseguir que los jugadores se sacrifiquen y desarrollen
la actitud correcta acerca de la forma de trabajo, del planteamiento
del grupo, del orgullo personal y colectivo, de los entrenamientos,
nunca conseguirás ganar grandes cosas ni tendrás buenas
satisfacciones como entrenador.
La motivación es desarrollar una razón para ti, tú
razón, para ir por encima, más allá, de la
motivación normal, la cual posee todo el mundo; debes realizar
un gran esfuerzo personal para ir más allá desarrollando
todas las razones al mismo tiempo y conseguir el éxito.
¿Cómo se consigue? Se hace estudiando, hablando, investigando,
leyendo
libros sobre entrenadores, libros sobre motivación, ir a
clinics, escuchar a los que más saben, tener un buen grado
de humildad. El éxito es difícil, no viene por sí
solo, no se adquiere en el supermercado de la esquina; es algo duro,
pero se puede conseguir y es tu trabajo, tu tarea conseguirlo.
Para finalizar, quisiera contestar
a una pregunta muy interesante que me han planteado: ¿cómo
conseguir el equilibrio en la motivación en situaciones de partidos seguidos ganados, cuando los jugadores piensan que son
los mejores, o al contrario cuando se pierden muchos partidos y
los jugadores piensan que el entrenador es el peor?
La respuesta para mí, es simple: tienes que enseñar
a tu equipo que perder forma parte del juego, como ganar. Nosotros
cuando empezamos una temporada y programamos el trabajo, sabemos
que podemos perder "x" número de partidos en la
temporada y me da igual el orden en que los perdamos. Si mantienes
el cupo de derrotas en las previsibles en tu programación,
no debes preocuparte. El equipo no puede estar demasiado alto de
motivación ni demasiado bajo, y cuando perdemos lo hacemos
todos, y nos da igual la prensa, el público, los dirigentes
y cualquier otra persona que no está integrada en el equipo.
Los doce jugadores y los tres entrenadores es lo único que
importa.
Esta es la "familia" y los demás son "oponentes
periféricos" que pueden romper este "espíritu de equipo". De ahí
la importancia de lo comentado anteriormente de estar "dentro" o estar "fuera".
Cuando se está "dentro", se está cuando
se gana y cuando se pierde. Hay jugadores que sólo están
cuando pierden porque se justifican con sus estadísticas.
Estos son jugadores de los que hay que deshacerse si queremos realmente tener un equipo con motivación y voluntad colectiva.
Si mantienes el cupo de derrotas en las previsibles en tu programación,
no debes preocuparte. El equipo no puede estar demasiado alto de
motivación ni demasiado bajo, y cuando perdemos lo hacemos
todos, y nos da igual la prensa, el público, los dirigentes
y cualquier otra persona que no está integrada en el equipo.
Los doce jugadores y los tres entrenadores es lo único que
importa.
Esta es la "familia" y los demás son "oponentes
periféricos" que pueden romper este "espíritu
de equipo". De ahí la importancia de lo comentado anteriormente
de estar "dentro" o estar "fuera".
Cuando se está "dentro", se está cuando
se gana y cuando se pierde. Hay jugadores que sólo están
cuando pierden porque se justifican con sus estadísticas.
Estos son jugadores de los que hay que deshacerse si queremos realmente
tener un equipo con motivación y voluntad colectiva.
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